Creo en el poder de mi palabra y dudo de la existencia de cosas que dicen existir en mi entorno.
Creo en mi ser, perfecto captador y fiel receptor de la inspiracion venidera de infortunios, desamores y pestes humanas que engendran hoy en dia.
Creo en el fiel tesoro de mi mente, que por obra y gracia de mis pulsos electricos forjaron mi personalidad y me convirtieron en un ser unico e irrepetible lleno de esperanzas, pero con un alma estropeada por esas personas que no saben el precio real de los valores fundamentales que dios le dio al hombre: amor y amistad.
Creo en la llama de mi pecho pasional que revive cada mañana al salir el primer rayo de sol.
Creo en la inspiración nocturna que me visita y da su mirada abstracta de un mundo que no fue hecho para mi.
No creo en el poder de esos ojos sinceros que miran con rostro desahuciado esperando nuestro descuido para morderle la cola al diablo.
No creo en nada que no salga de mi, creo en mi verdad sincera y fundamentada en cada letra de mi frase donde le abrocho, sin temor al error, un pedazo de mi corazon.
No creo en los dias soleados porque en mi nunca ha salido el sol, creo en la noche como la unica compañera que me escucha y me guia en mis momentos de soledad.
Dudo de mi condicion humana que me hace ser como ellos, cometiendo asi los mismos errores.
No creo en el mundo perfecto porque nadie cree en lo sincero como forma de vida, nadie es capaz de darle la espalda a un mundo que los propios humanos han creado y han de destruir, por este mismo motivo, siendo asi, razon valedera y unica, de que no quiero ser como ellos, yo soy yo, en mis virtudes y desaciertos, el humano que lo sepa aprovechar tendra el regalo de mis mejores valores, y el que de cobarde me intente dañar tendra que sufrir asi, el peor de los infiernos.
Christian Valdiviezo
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